Agua, por supuesto, dirías. Sí, sin agua no hay vida; asegurar que los equinos siempre tengan acceso al agua parece bastante sencillo.
Pero, considerando que un caballo promedio consume entre 30 y 50 litros al día, y hasta el doble en veranos calurosos, es importante saber qué contiene esa agua si se desea un caballo sano y una dieta perfectamente equilibrada.
El agua puede volverse tóxica
Algas
Una de las preocupaciones más comunes son las algas, esa sustancia de color azul verdoso que se desarrolla en los bebederos de agua estancada y en los platos de los bebederos automáticos. Cuanto más cálido es el clima, más abundantes son.
Las algas producen toxinas que provocan numerosos problemas de salud. Puede que no se manifiesten de forma drástica, pero pueden afectar silenciosamente el sistema nervioso y vital de los caballos.
La solución es sencilla: limpiar con la frecuencia necesaria y, a más tardar, cuando aparezcan los primeros signos de algas.
Nitratos
La fuente de agua puede ayudar a determinar el riesgo. Los fertilizantes nitrogenados, incluidos los nitratos, son comunes; por lo tanto, en zonas agrícolas, el suelo y el agua de lluvia probablemente estén contaminados.
Los altos niveles de nitratos afectan el suministro de oxígeno necesario para el transporte sanguíneo y pueden causar malestar intestinal; ten cuidado con la diarrea.
Sulfatos
Una alta concentración de azufre es fácil de detectar por su olor desagradable a huevos podridos. De hecho, los sulfatos provienen de plantas y animales en descomposición.
Los caballos no son muy sensibles a niveles altos de azufre, pero puede causar diarrea. Otra desventaja es el olor, ya que los caballos podrían negarse a beber dicha agua.
Bacterias
Tu caballo podría estar contaminándose.
La bacteria E. coli, al igual que en los humanos, está presente de forma natural en los intestinos de los caballos, pero no debe proliferar.
El estiércol de caballo contiene estas bacterias, por lo que los potreros deben limpiarse regularmente para evitar una mayor contaminación del suelo.
El agua también puede albergar UFC (unidades bacterianas formadoras de colonias) procedentes de ratones, ratas e insectos.
En resumen, las bacterias y los nitratos pueden afectar la salud general de tu equino.
La única manera de saber qué hay en el agua es analizándola regularmente.
Minerales
Podemos equilibrar nuestra dieta ofreciendo tanto heno y pienso como queramos, pero sin saber qué minerales abundan en las grandes cantidades de agua que beben, la optimización nunca puede ser perfecta.
El calcio y el magnesio deben estar presentes en cierta proporción en la dieta para prevenir diversas disfunciones del sistema equino, por lo que es importante conocerlos.
Es posible que debamos incluir a la pareja en un análisis de agua, o quizás no.
Esto puede medirse sabiendo si el agua es dura o no, lo cual se indica mediante la cal, producto de la alta concentración de calcio y magnesio.
El hierro suele ser alto en la dieta de los equinos: los pastos, el heno y los cereales presentan niveles elevados de este mineral.
Esto es importante, ya que el hierro compite con otros minerales esenciales, lo que puede requerir suplementación para mantener el equilibrio.
Los caballos no pueden eliminar el hierro fácilmente; su acumulación en el hígado puede provocar enfermedades de forma silenciosa.
¿Cómo saber si hay mucho hierro en el agua?
Un sabor metálico y residuos marrón rojizos en los bebederos son señales claras.
El manganeso también pertenece a los minerales que necesitan estar presentes en la proporción correcta para evitar la competencia con otros.
El fluoruro es otra sustancia indeseable presente en el agua, tóxica en grandes cantidades para el caballo.
Electrolitos
Los equinos necesitan electrolitos como sodio y cloruro (también conocidos como sal), además de potasio, para sobrevivir.
Los electrolitos merecen una publicación dedicada, pero aquí vale aclarar el papel que el agua puede desempeñar en este contexto.
El agua puede contener niveles de sodio de bajos a altos, por lo que es importante saberlo para equilibrar los electrolitos.
Los niveles altos de sodio también le dan al agua un sabor salado, lo que podría hacer que los caballos la rechacen.
Acidez del agua
La acidez (pH) del agua también puede provocar rechazo.
Un pH inferior al normal no es del agrado de los equinos.
Cómo establecer la ingesta de agua de tu amigo equino
Los bebederos automáticos son excelentes para garantizar un suministro constante de agua limpia.
Sin embargo, no nos permiten calcular la cantidad exacta que beben para establecer una referencia.
Proporcionar agua en cubos durante algunos días en invierno y verano puede ayudarte a detectar posibles problemas de palatabilidad o salud.
También existe el consumo excesivo de agua, lo que puede indicar trastornos metabólicos, como el síndrome de Cushing (PPID).
Proporcionar agua limpia es posible
Sea cual sea la forma en que proporciones el agua, además de mantener bebederos y cubos limpios, un filtro de agua puede garantizar su pureza, especialmente si un análisis (recomendado por todas las razones anteriores) indica la necesidad de hacerlo.
Si no puedes o no quieres enviar agua para análisis, las tiras reactivas son una solución casera disponible.
Contactar con tu compañía de agua, si no proviene de un pozo propio, puede servir como referencia, pero no olvides que el agua circula por tuberías de metal o plástico, lo que también afecta su calidad.
Lo que sale del bebedero es lo que cuenta.
